Psicóloga infantil en Madrid Presencial
Si buscas psicología infantil en Madrid, estás en el lugar adecuado. Soy Paula Regojo, psicóloga clínica especializada en infancia y adolescencia. Trabajo presencial en Madrid, con un método claro, primero bajamos revoluciones, ordenamos lo que está pasando y nos escuchamos. Como suelo decir en consulta, “el primer paso hacia el cambio es detenerse y escucharse”. Desde ahí, construimos un plan a medida, realista y útil para tu familia.
Señales de que tu hijo/a puede necesitar ayuda (y qué hacer hoy)
Cada etapa trae retos. Algunas señales frecuentes que atiendo en consulta:
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Cambios llamativos en el ánimo: tristeza, irritabilidad, miedos que no ceden.
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Indicadores de malestar: rabietas intensas, desbordamientos, reacciones impulsivas de enfado.
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Autoestima baja, inseguridad o dificultades en habilidades sociales.
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Atención y aprendizaje: dificultad de concentración, organización, motivación, estudio.
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Conductas desafiantes o conflictivas.
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Cambios vitales (separaciones, duelos, mudanzas) que cuesta procesar.
Qué puedes hacer hoy
- Nombra lo que ves sin juicios (“Últimamente te veo más triste/enfadado”).
- Ajusta expectativas: menos tareas nuevas, más rutinas.
- Dos anclajes diarios de conexión breve (10–15 min): juego libre, paseo, cuento.
- Si te preocupa, pide una primera cita: pondremos foco y un encuadre claro.
En mi práctica me ayuda recordar que “lo primero es el vínculo: aquí te escucho sin juicios”. Ese clima seguro acelera los cambios.
¿Cómo trabajo?
Las primeras 1–2 sesiones están pensadas para dar contexto y calma al proceso: escucho vuestra historia, el motivo de consulta, lo que probasteis y lo que sí funciona (aunque sea poco). Devuelvo con honestidad qué veo y cómo podemos abordarlo.
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Sesión inicial con la familia (sin el menor o con él, según edad).
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Mapa de objetivos compartidos (corto y medio plazo).
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Marco de colaboración claro desde el inicio (qué haremos en consulta y cómo nos coordinamos).
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Revisión a las 4–6 semanas para ajustar.
Trabajo con enfoque integrador y sistémico: no miro solo la conducta; miro la historia y el contexto (casa, colegio, cambios). Este encuadre, sumado a técnicas lúdicas, suele “desenredar” rápido lo que parecía bloqueado.
Metodología por edades: juego terapéutico, caja de arena y psicoeducación a familias
Infantil (3-11 años)
Juego terapéutico y caja de arena como recurso puntual para dar forma a emociones que todavía no se pueden explicar.
Integro dinámicas creativas (cuentos, dibujo, marionetas) y rituales sencillos que también podéis retomar en casa si os encaja.
Adolescencia (12-18 años)
Espacio propio, objetivos claros y acuerdos de confidencialidad.
Las herramientas prácticas se utilizan cuando aportan y según el caso (p. ej., registro emocional, planificación, exposición gradual a miedos). Cuando ayuda, implico a la familia para alinear expectativas.
Psicoeducación a madres y padres
Pequeñas palancas con gran impacto, validación emocional, límites consistentes, rutinas que regulan. Nos centramos en comprender qué necesita el menor y cómo acompañarle desde una presencia serena y coherente.
Proceso paso a paso: contacto, evaluación, devolución honesta y objetivos compartidos
- Contacto: teléfono/WhatsApp, correo o formulario.
- Evaluación: historia, motivo de consulta, lo que habéis probado, puntos fuertes; sesiones con el menor y con la familia.
- Devolución: hipótesis de trabajo claras y plan (frecuencia, objetivos, qué hará cada parte).
- Intervención: sesiones del menor + sesiones con la familia (según caso).
- Coordinación con el colegio (si suma y con vuestro permiso).
- Seguimiento y criterios de alta: menos síntomas, más autonomía y mejor clima familiar.
Trabajo con colegios: cuándo tiene sentido y cómo lo acordamos
No siempre hace falta, pero cuando suma, coordino con tutoría u orientación para alinear apoyos (regulación, descansos, adaptaciones sencillas). Siempre con vuestro permiso y cuidando la confidencialidad: comparto objetivos y pautas generales, no el contenido privado de las sesiones.
Preguntas frecuentes
¿Cómo es la primera sesión y qué hago mientras tanto?
Te pediré una breve línea de tiempo (cuándo empezó, qué empeora/mejora, apoyos actuales). El objetivo es salir con una comprensión compartida del punto de partida.
¿Cada cuánto y cuánto dura el proceso?
Suelen ser semanales al inicio. La duración depende de objetivos y evolución; revisamos a las 4–6 semanas para ajustar.
¿Cómo implicamos a la familia sin invadir su espacio?
Alterno sesiones con el menor y con la familia. Acordamos qué se comparte y qué se reserva para su espacio personal.
¿Coordinas con el cole?
Sí, cuando aporta y con autorización. Suelen ser coordinaciones trimestrales, salvo casos concretos por cuestiones escolares que requieran mayor seguimiento.